La actriz disfruta de su marido y sus hijas antes de volver a emprender nuevos retos.
Un matrimonio, dos hijas y cinco películas en cuatro años.
Jennifer Garner no pierde el tiempo.Acaba de estrenar la comedia "Los fantasmas de mi ex" y muy pronto la veremos en "The Invention of Lying".
Ha cumplido 37 años y hace unos seis meses dio a luz a su segunda hija, Seraphina. Jennifer está radiante de felicidad y luce un físico espléndido.En una soleada mañana californiana, la actriz ha elejido un moderno hotel que queda a dos pasos de la casa que comparte con su marido, Ben Affleck 36 años, en Brentwood (California) para nuestro encuentro. Vestida con traje camisero color verde oliva y zapatos de plataforma, que hacen interminables sus piernas, la actriz se pasea por el jardín del hotel con una taza de té en una mano y un cruasán en la otra.
-¿Cómo te organizas ahora con dos pequeñas y trabajando sin parar?
De momento y mientras no empiece a rodar otra película, me centro únicamente en mi familia, estoy todavía dando de mamar a Sera, con lo cual mis mañanas están ocupadas en darle de comer, preparar a Violet para el colegio y atender compromisos laborables como este.Ben naturalmente me echa una mano, se ocupa de llevar y traer a Violet al colegio y cualquier otra actividad que tenga organizada ese día. Mi vida es un poco caótica, como la de todos los padres con niños pequeños, pero nos apañamos bien y nos divertimos mucho.
-¿Cómo ha afectado la llegada de Seraphina en tu relación con Violet?
Violet está muy contenta con la llegada de su hermana, le gusta jugar con ella y ayudarme a bañarla, pero de vez en cuando tiene algún ataque de celos, es normal.
-¿Qué es para ti un día perfecto?
Levantarme, que venga el peluquero y el maquillador a casa, me pongan guapa, desayunar en un hotel mientras concedo una entrevista .Mi día perfecto suena tan aburrido que haría bostezar a cualquiera. Mi día perfecto es pasarlo con mi familia, haciendo cualquier cosa todos juntos.
-Supongo que tener tiempo para ti sola es casi imposible...Si te pudieras escapar una hora, ¿qué preferirías : hacer ejercicio o irte de compras?
¿De compras? No, qué horror. Ir de compras es algo que solo hago cuando no me queda más remedio, porque no me entra la ropa que tengo (risas), pero tampoco haría ejercicio, a menos que así tuviera que ser por alguna causa mayor. Probablemente me dedicaría a cocinar, me encanta preparar postres.
-Lo pregunto porque cuando te vimos en la serie Alias demostrabas grandes dotes atléticas, mientras que, en tus comedias y en la alfombra roja, muestras un gran estilo a la hora de vestir. ¿Cómo haces para conectar esos dos aspectos de tu persona?
Es la ventaja de ser actriz, no haces siempre lo mismo. Los actores somos un tanto esquizofrénicos, estamos un poco locos de una forma u otra y actuar nos da pie para sacar las distintas personalidades que llevamos dentro. Cuando filmaba La sombra del reino, me acuerdo de que me divertía una barbaridad en las escenas de acción y pensaba: La gente que no hace este tipo de cine no sabe lo que se pierde. Luego, en Los fantasmas de mi ex, pensaba: Por fin puedo ponerme vestidos bonitos, oler bien, llevar el pelo perfectamente peinado, comportarme como una señorita y poder besar al chico guapo de la historia (risas)
-Hablando de besar al chico guapo, ¿te acuerdas de tu primer beso?
Perfectamente. Tenía 14 o 15 años y el chico en cuestión rompió conmigo al día siguiente porque no le dejé ir más allá del beso.
-Tu última película, Los fantasmas de mi ex, habla de que hay que tener valor para atreverse a amar. ¿Estás de acuerdo?
Sí, completamente, hace falta valor para amar a alguien, ya sea una amiga que lo está pasando mal o tu hija que se ha cogido una rabieta y tienes que calmarla. El amor requiere una increíble cantidad de energía y valor por tu parte.
-Te has casado dos veces, eso quiere decir que abogas por el matrimonio. ¿Qué le dirías a una pareja que está a punto de dar ese paso?
¡Uffff! Cada pareja es un mundo y, por lo tanto, considero que yo no puedo ir dando consejos a nadie, pero el respeto mutuo es, obviamente, el primer requisito que se ha de cumplir antes de pensar en dar ese paso. La vida de pareja no siempre es fácil y hay que pelear para que funcione, pero merece la pena.
-¿Tienes algún consejo especial a la hora de elegir hombre?
No salga nunca con un alguien que tenga un caniche (risas), es mala señal. Si la primera vez que sales con un hombre el pide que cada uno se pague su cena, es probable que lo siga haciendo en el futuro. Un buen consejo es no salir nunca con un actor, pero en eso me tengo que callar (risas).
-¿Qué impresión te causó tu marido la primera vez que lo viste?
Ben y yo nos conocimos en el rodaje de Pearl Harbor y nos hicimos buenos amigos. Cuando nos volvimos a encontrar trabajando en Daredevil, continuamos esa amistad y, aunque por aquel entonces yo estaba pasando por un momento difícil en mi vida personal, tras la separación de mi primer marido, Ben siempre fue muy respetuoso conmigo y nunca me invitó a salir, seguimos siendo amigos. Luego, dos años más tarde, esa amistad fue evolucionando hasta que llegó un momento en que decidimos tener un hijo y casarnos. Así que fue una larga relación antes de dar el gran paso.
-Ben es muy dado a la política. Hace poco en un periódico de Los Ángeles se habló de que incluso podría presentarse como candidato a gobernador de California. ¿Qué te parece la idea?
Interesante (risas). A veces se ha comentado que se casó conmigo porque podría quedar bien como Primera Dama de California (risas). Creo que Ben se está alejando cada vez más de esa posibilidad. Lo que realmente le interesa es dirigir películas.
-Perece ser que habeís estrenado casa nueva. ¿Qué tal se te da la decoración?
Admito que no tengo un buen ojo para la decoración. Por suerte tengo un decorador que es fantástico y me hace reír todo el tiempo. Nunca sé qué comprar, necesito a alguien que seleccione algunas piezas por mi.